Recetas de cocina

Bueno voy a contar el tema que seguramente más preocupa a una madre cuando uno se va de casa, osea que si mi hermano ha sido tan cabrón de enseñarle este blog a mi madre, me espera una charla buena.


-El kilogramo de spaghetti-

Esto pasó uno de los primeros días en que llegé al piso, a Berto y a mi nos apetecía comer algo de pasta osea que nos preparamos para cocinar unos spaghetti, previamente Toni nos había informado de que unos colegas iban a venir más tarde a la hora de la cena, como ninguno teniamos idea de las proporciones idóneas de pasta por persona (ni idóneas ni aproximadas tampoco) decidimos echar el paquete completo de 1 kg de spaguetti, pensando que sería una cantidad moderada, e hicimos una salsa que rosaba el estado sólido. Al final resultó que ninguno de los invitados ni Toni tenían ganas de probar los spaguettis y nos los tuvimos que comer los dos solos.
Pues debido a la cantidad desmesurada que echamos tuvimos que guardar la mayoría en la nevera y comernoslos posteriormente, eso si, ¡nos ahorramos el cocinar durante una semana entera!


-Revuelto de arepas-

Esta receta nos salió sobre la marcha un día por la tarde. Una vez más Berto y yo ibamos a cocinar unas arepas que tuvimos que congelar unos días antes porque otra vez nos pasamos con las cantidades. Bueno pues la descongelación de las areapas no fue como debería y se despedazaron todas en el aceite cual leproso en una piscina. Negándonos a admitir nuestra derrota cogimos un bol y metimos todos los pedazos de arepas en él junto con jamón, queso, salchichas y salsa. La verdad que para ser una idea improvisada no estaba mal del todo y a pesar de que esto sucediera hace 2 semanas más o menos todavía tenemos arepas congeladas en la nevera para la siguiente vez que queramos atiborrarnos las venas de aceite.

-Lechuga cristalizada-

Por una vez Toni fue el que la cagó, según cuenta él, había sacado la receta de Karlos Arguiñano. Consistía en una salsa que llevaba lechuga frita, hasta a la novia de toni le dijo que freir lechuga no sería buena idea, y entre 3 hombres de alrededor de 20 años cualquier mujer sería la experta en la materia.
Como vio que la lechuga no quedaba muy apetecible empezó a echarle cebolla, tomate natural y frito para ver si podía arreglar el asunto. Al final hubo que tirar la "salsa" porque la catalogamos de material radiactivo.
También aprendimos algo de esta experiencia, ya no dejamos ver a Toni el canal cocina.